Ilusionada, asustada, feliz, preocupada, segura, nerviosa, un cúmulo de sensaciones. Tras los 6 intentos de IADs, había que pasar a FIV. Por el miedo al embarazo gemelar, empecé con una FIV y una transferencia de un solo embrión. Pero tampoco funcionó. Beta negativa.

En el siguiente intento, decidí probar con dos embriones. Es cierto que aparecía el riesgo de embarazo múltiple, pero también aumentábamos la probabilidad de embarazo, y ya, tras 7 intentos fallidos, y casi un año sin parar de tratamientos, la verdad es que me daba un poco igual ese riesgo.

La beta me dio positiva a día 14… setenta y algo si mal no recuerdo. Menudo subidón. Primera beta positiva. Por fin, por fin, estaba embarazada, por fin. Y además, con esa beta, ¡¡seguro que era de uno!!

Había que esperar 10 días para la primera eco. En esa eco podría ver por primera vez el embrión, y confirmar que todo estaba bien. En algunos casos se puede hasta escuchar el latido, aunque es difícil porque en realidad sólo estás de 6 semanas.

Pero llegó un duro golpe con la ecografía: No había nada. No había embrión. No había saco.

Unos meses después, necesarios para desconectar y superar el mal trago, volví a la clínica. Nuevo ciclo de transferencia de embriones congelados. Otros 2 embriones. Y a esperar.

Tras 14 días de la mejor betaespera que he tenido nunca, por lo distraída que estuve (como casi nadie lo sabía en esta ocasión, no tenía con quién hablar del tema y más distraída estaba), fui a hacerme la beta.

Valor: más de 700.

Donde antes era setenta y algo, ahora era ¡700!.

Intenté contenerme y no contarlo aún. Fui a la ecografía a los 10 días, con mi madre. Y allí estaban, los dos. A Quique ya se le veía la vesícula vitelina (lo que después se convierte en el cordón umbilical y placenta), y de Nano sólo el saco. Ese saco, según me dijo el doctor ese día, podía estar vacío, aún no se podía saber. Desde ese preciso instante, ya no quería que estuviera vacío. Ya quería a mis dos bebés. Yo tenía que ser madre de dos, ¡¡estaba claro!!

Susana (Madrid)

MSPE de mellizos de 2 años